Autor:Sara Martínez Navarro Centro:IES Ojos del Guadiana Localidad:Daimiel
(Ciudad Real)

Cuarto de la ESO es para mí siempre el curso más difícil, por aquello de que tenemos que conjugar los intereses, las inquietudes y las motivaciones de un grupo de alumnos muy heterogéneo. Así, están los que cogen latín por probar, los que lo cogen porque les gusta o los que lo cogen por no coger otra asignatura que creen que es más difícil y se les va a dar peor. Este curso no está siendo la excepción en ese sentido, pero sí hay algo que ha cambiado y que hace que clases como hoy sean excepcionales y vuelvas a casa con la sensación de haber asistido a algo muy importante: están aprendiendo a ser críticos en el mejor sentido del término: se observan, se comparan, se analizan y argumentan acerca de su situación en función de lo anterior. Valga como muestra la clase de hoy. Hemos comenzado viendo este vídeo realizado por unos alumnos de la Universidad de Valladolid sobre el efecto Pigmalión en la escuela. La primera tarea consistía en explicar, tras el visionado, a qué se le llama el "efecto Pigmalión" en el ámbito de la enseñanza y cómo se pone eso en referencia con el mito que habíamos visto en la clase anterior. Después de consensuar la respuesta, hemos establecido al azar dos grupos para realizar un debate: ¿Creéis que el "efecto Pigmalión" se da realmente? A algunos les ha costado tener que defender una postura contraria a la suya - no habrían valido para la sofística- pero lo han conseguido con creces. El resultado ha sido un intercambio de opiniones que me ha dejado con la boca abierta por la sinceridad de los que han participado. En conjunto, creen que el papel del profesor es importante en tanto que debe motivarlos y provocar en ellos ganas de estudiar, de aprender , de superarse. Sin embargo, han concedido tanta o más importancia a la decisión propia del alumno; es decir, si un alumno decide -por la razón que sea- no estudiar, no seguir la clase, desoír los consejos de sus padres, etc., no hay nada que el profesor pueda hacer para evitarlo. Puede parecer desalentador como conclusión, pero os aseguro que la manera que ellos tenían de explicarlo, de hablarlo entre ellos, la manera en que los alumnos que repiten han explicado su caso a los que ellos creen que están en la misma situación este año, todo eso llegaba a ser ilusionante, porque se llega a palpalr el proceso de madurez que hay detrás, te demuestran que esa decisión es reversible. Conviene, hoy más que nunca, recordar a Séneca: Errare humanum est, Perseverare diabolicum. 
3º ESOMitos griegos de Maria Angelidou. Ed. Vicens Vives 2009. ISBN 9788431690656.
4º ESO Metamorfosis de Ovidio. Edición adaptada de Agustín Sánchez Aguilar Ed. Vicens Vives ISBN: 9788431694111

Cuando salía hoy del instituto me he encontrado con esto: Me he acordado de todas las veces que me decís que habéis visto algo mal escrito en carteles, panfletos o incluso periódicos. ¿Qué os parece si actuamos como vigilantes de esos errores y les echamos una foto a todos los que veamos? Podemos recopilarlos en twitter con el hashtag #elojoslee o en Google + ¿Os animáis? 
AIKIDO para Carmen Codoñer Estamos preparados para sobreponemos. Es un arte. Se aprende. Está en nuestra memoria desde niños. Los juegos, los poemas, las tardes traduciendo, palabra por palabra, las tragedias, el cruento latín de historiadores. Todo va al corazón y, transcurridas las décadas, se vuelve serenidad. Y ahora alguno de los textos de los filósofos occidentales que he leído estos días me lleva hasta la fórmula que con la reverencia mutua se intercambian discípulo y maestro en el aikido. Uno a otro se dicen: Gracias por enseñarme. Juan Antonio González Iglesias 
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