Por ello, Marín ha abogado por una "LOMCE que recoja el espíritu de mejora -propuesto por Castilla-La Mancha- que apuesta más por la autonomía de los centros educativos, por la profesionalización de los directores, por la inclusión de los alumnos, la potenciación de los idiomas, las nuevas tecnologías, por más asignaturas comunes y, en definitiva, por más calidad de la educación".
Marín también ha destacado la necesidad de alcanzar una normativa estatal "que cuente con el mayor consenso posible y que garantice las mismas oportunidades y exigencias educativas, se viva donde se viva".
Con respecto a la aplicación de la ley en Cataluña, Marcial Marín ha afirmado que "el debate no se puede centrar en aquello que nos separa, sino en lo que nos une". Así, el consejero ha señalado que respeta "las reivindicaciones de todas las regiones pero aquí tenemos que venir con el mayor espíritu de consenso posible".
En su opinión, "la discusión no se puede centrar en las lenguas cooficiales, que no afectan al 80 por ciento del alumnado de toda España, el debate hay que enfocarlo en lo que de verdad importa: en lograr una mayor exigencia educativa, más excelencia y, en definitiva, en frenar el elevadísimo abandono temprano".